Tiempo de setas
El otoño es tiempo de setas, las mismas se convierten en una de las principales atracciones para disfrutar del campo en esta época.
La afición a la micología no ha parado de crecer, cada año se suman nuevos aficionados a las setas, a buscar boletus y níscalos, y, sobre todo, a desconectar los fines de semana saliendo al monte disfrutando de la naturaleza.
No olvidamos su valor gastronómico por su sabor y desde el punto de vista nutricional destacamos que contienen gran cantidad de proteínas de alto valor biológico, sales minerales y oligoelementos. Estimulan la actividad cerebral y nerviosa y están indicadas en caso de anemia.
Ya los romanos adoraban este fruto natural, siendo la anécdota más conocida la de Tiberio Claudio Cesar Augusto Germanico, cuarto emperador romano de la dinastía Julio-Claudia, envenenado por su esposa, Agripina, que instigó su muerte con setas, (su plano predilecto), venenosas.
Las setas también entrañan riesgos, no sólo para las personas, sino en el ecosistema.
Por sus riesgos, si no se tiene conocimiento es fundamental contar con una guía de hongos, la cual ha de tener descripciones y sobre todo buenas fotos e ilustraciones para poder comparar los ejemplares que encontramos en el campo con los reproducidos en la misma ya que se encuentran más de 9000 hongos en España
En nuestra sierra, es común la búsqueda de níscalos que crecen en los pinares, si bien, en todos los sitios “crecen setas” incluso, como no, entre el propio césped de nuestras casas o en los chopos que se encuentran en el entorno de las mismas.
Una buena navaja, un bastón y una cesta de mimbre son las tres herramientas básicas para nuestra recogida. La importancia del corte y del aireado son fundamentales para la reproducción de las mismas, aunque hay nuevas teorías que indican que el corte es indiferente pues al final, la seta cortada no se reproduce al destruir el micelio.
Actualmente en nuestra comarca hay una pasión por la fotografía de las mismas.